Tras las primeras semanas del nacimiento de un bebé es frecuente que te surjan dudas sobre su cuidado. Algunas de las preguntas que pueden aparecer son sobre la adecuada higiene, la forma de aliviar cólicos o la forma de relacionarse con el medio. A continuación te resolvemos algunas de las dudas.
El aseo del recién nacido y el bebé
En los recién nacidos no es posible realizar un baño al uso, por ello, se deben lavar con esponjas específicas. Te damos algunos detalles.
Región genital
En el caso de los niños, lo ideal es limpiar bien los pliegues y el culito, posteriormente los genitales, se retrae el prepucio sin forzar y se limpia bien el glande, posteriormente el resto de pene y los testículos.
Si es una niña, se limpia el culito desde la parte de delante hacia detrás para evitar que los restos de las heces se pasen a la vagina. Después se limpia bien la vagina, primero los labios mayores y después los menores.
Los ojos
Utilizaremos gasas estériles con suero fisiológico para limpiarlos. Una gasa diferente para cada ojo para evitar contagios.
El resto de cuerpo no necesita atenciones especiales, aunque es importante que utilices un jabón y un champú específico para bebés.
Reflujo en el bebé
Cuando los niños, tras la ingesta, expulsan bocanadas de comida o leche sin realizar esfuerzo lo llamamos reflujo del bebe. Esta situación es más frecuente durante el primer año de vida porque el esfínter esofágico (que cierra el paso a la comida que ha sido ingerida) todavía es inmaduro.
No debes darle importancia siempre y cuando la cantidad de comida que expulse el bebé sea pequeña y veamos que cada vez va sucediendo con menos frecuencia. Si por el contrario, la cantidad de comida es grande o cada vez sucede más es necesario consultar con un pediatra.
Algunas de las medidas que podemos tomar para ayudar a mejorar esta situación son las leches antirreflujo o adoptar medidas posturales tras las ingestas, mantener al bebé en posición vertical durante un ratito después de comer o acostarlo en posición lateral. Por lo general, no es necesario tomar mayores medidas.
El cólico del lactante
Es uno de los motivos de consulta más habitual al pediatra, generalmente el bebé se pone a llorar de forma incontrolable sobre todo después de las comidas.
Estos episodios aparecen con más frecuencia durante la primera semana de vida, llegando a persistir durante los tres primeros meses y desaparecen espontáneamente. Es un proceso muy habitual aunque no existe una causa específica. Se relaciona con la dificultad de la expulsión de los gases durante la digestión.
Algunas de las cosas que puedes hacer para disminuir estos cólicos:
– Adaptar la tetina del biberón, si toma leche en polvo.
– Si toma lactancia materna, valorar la utilización de pezoneras.
– Cuando tenga el dolor agudo, cogerlo en brazos y tumbarlo sobre nuestro brazo masajeando suavemente su barriga.
Con estas recomendaciones tienes las pautas para aliviar cólicos, realizar la higiene de tu bebé, mejorar el reflujo y que así su proceso de crecimiento sea más sencillo.
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